La tercera prueba a consistido en simular que eramos profesores de verdad con alumnos de verdad y estábamos en la situación en la que queríamos realizar una especie de museo con las obras que han hecho nuestros 20 alumnos: había que elegir unos criterios de selección de dichas obras y después distribuirlas y exponerlas de la manera que veíamos conveniente.
Mi grupo y yo nos vimos un poco descolocados, ya que no trajimos nada de material y nos las tuvimos que apañar como pudimos... Quisimos colgar las obras, pero no supimos ver la manera y tras decidir que íbamos a exponer las obras distribuidas en la mesa para crear un recorrido que los niños realizarían para ver todas las obras, nos pusimos en marcha.
Creímos que lo mejor sería elegir como temática las asignaturas de la clase y que cada niño dibujara, esculpiera o creara a través de la papiroflexia la manera en la que veían dichas materias.
Además, nos decantamos porque el criterio de selección fuera que NO hubiera criterio de selección, es decir, que todas las obras eran válidas para ser expuestas y, así, impulsar y motivar a los niños y no frustrarles al dejar su obra a un lado.
Después de exponer nuestro trabajo, nos pusimos a evaluar al resto de compañeros, que nos dejaron muy sorprendidos.
Fotos realizadas por mí.
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